Hemos terminado. Has tomado la decisión que creías correcta. Me obligo a pensar que es lo correcto de verdad. Siento que es injusto, insensible y egoísta por tu parte; pero la cuestión es que ya lo has hecho. No hay vuelta atrás. Has decidido tomar un camino e impedirme ir por el mismo, obligándome a ir por otro. Aún así no puedo evitar querer abrazarte ahora mismo hasta que nos cueste respirar. Tan sólo disfrutándolo, sin besos. Haciendo desfilar por nuestras cabezas los momentos juntos. Dejando que surjan las lágrimas, ¿por qué no?
Pero tanto tú como yo sabemos que nada de eso borrará nunca tus palabras; que el dolor no desaparecerá hasta que salga el sol de un nuevo día; y que los sentimientos -mis sentimientos- seguirán siendo los mismos que fueron. Que son. Porque darse cuenta de que quieres más de lo que pensabas a alguien cuando sufres por esa persona, no se lo recomiendo a nadie.
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