Bienvenidos a nuestro pequeño rincón de fantasía donde la imaginación se convierte en el instrumento más valioso y los sentimientos cobran vida en los personajes de nuestras historias. Echad un vistazo y juzgad como os parezca. Ante todo, buscamos un diálogo con nuestros lectores, que compartan sus opiniones, que sugieran temas sobre los que escribir y que, si encuentran inspiración se animen también a escribir. Porque no hay nada más bonito que poder expresar tus emociones y que otros compartan los suyos contigo. Así que adelante, tiraos a la piscina.

10/2/14

Eso que intento es imposible.

Pensaba que cosas como éstas sólo pasaban en las películas. Ahora sé que no. Que realmente el tiempo vuela cuando estoy contigo. Que nunca me parece suficiente tiempo juntos. Que no quiero despedirme. Que desee continuar estando a tu lado las 24 horas del día de los 365 días del año. 366 si es bisiesto. Sin cansarme, sin aburrirme. Sin desperdiciar ni un segundo de ese precioso tiempo. Soñando despiertos. Contándonos secretos. Hablando, besando, sintiendo. Haciendo todo eso con lo que siempre habíamos fantaseado.
Pero el tiempo no es el único problema. Uno muy importante es tu olor. Tu maldito olor. Todo me huele a ti. Y cuando digo todo, me refiero a absolutamente todo. Y eso hace, como es obvio, que me esté recordando en todo momento a ti. Lo que implica que me muera de ganas de volver a estar contigo. ¿Sabes qué?: esto me hace darme cuenta de que me gustas muchísimo más de lo que pensaba. Que no sé si te quiero, porque ha pasado poco tiempo para llegar a asegurarlo. Lo que está claro es lo que siento en mi interior. Y eso, por mucho que lo intente, no se puede expresar en sentido completo, a través de palabras.

7/2/14

Su primera palabra

-¿Qué te parece? Ya está amaneciendo. Parece mentira lo poco que ha cambiado el cielo después de tanto tiempo. El mismo sol asomando tras las montañas, la misma gama de colores, desde el azul océano a los tonos cálidos del amarillo y el naranja. Aquí, sin embargo, todo es diferente...
- ¡Sara ha dicho su primera palabra! Al menos la primera que yo he oído. ¿Adivinas cuál es? "Papa". Me hace feliz porque es algo que nos afecta a los dos. Porque aunque tu no estés sigues y seguirás siendo siempre su padre. También es algo que me entristece hasta el punto de notar una vez más las lágrimas sobre mis mejillas. Sé lo que me dirías si estuvieras aquí a mi lado. Sé que me secarías las lágrimas y me cogerías de la mano. Me darías un beso que me haría olvidarlo todo y me regalarías esas palabras que siempre han hecho que me estremezca: "Te quiero". Después me dirías que tengo que seguir adelante, que conozca de nuevo el amor, que sea feliz... sobre todo que sea feliz. Sin embargo, no puedo evitar volver a este sitio semana tras semana, contemplar el amanecer que ambos disfrutamos durante tantos años y hablar contigo aunque sepa que nunca obtendré respuesta. Porque que no estés aquí no me impide recordarte, ni pensar en ti, ni cerrar los ojos para buscarte en el fondo de mi corazón...



Las nubes todavía cubren el sol que aún se asoma tímido en el horizonte. Cuando por fin los rayos de luz consiguen abrirse paso entre las coloridas nubes Juan sostiene una foto entre sus manos. Muestra el rostro de un joven, mirando hacia hacía el fotógrafo en el momento en que se hizo la foto. Tiene una sonrisa sincera, la más bonita que Juan jamás haya visto. Y los ojos azules, ahora almendrados por la sonrisa. Juan piensa en que es feliz, es lo que le dicen esos ojos que le mantienen la mirada, tras los cuales se alcanza a ver un brillo especial. Ese que tan solo ves en los ojos de un enamorado. A pesar de todo Juan se siente afortunado: afortunado por haberlo conocido, por haberlo enamorado, por haber vivido junto a él el tiempo suficiente para saber que era el hombre de su vida. Hay tantísimas cosas por las que se siente agradecido que entre todo el mar de lágrimas consigue sonreír. Es lo que siempre hubiera querido: Verme feliz.